domingo, 27 de julio de 2014

Misioneros,

¿Cómo puedo tener éxito en la misión?

El darme cuenta de que no tenía suficiente fe me hizo sentir humilde. Busqué los puntos en los cuales debía fortalecer la fe y descubrí que, cuando algo no había salido de acuerdo con nuestros planes, había dejado que el desánimo me abatiera.




“…el desánimo debilitará su fe. Si se disminuyen sus expectativas, disminuirá también su eficacia, se debilitará su deseo y se le dificultará más seguir al Espíritu”. Me di cuenta de que había permitido que nuestras contrariedades debilitaran mi fe.



Y El aconsejo lo siguiente:



“…hagan todo lo que puedan; todo, todo lo mejor que puedan hacer. Digan sus oraciones, trabajen con afán y dejen la cosecha en manos del Señor”.
“Cuando se haya esforzado al máximo, es posible que aun así experimente desilusiones, pero, no estará desilusionado con usted mismo. Puede estar seguro de que el Señor está complacido cuando usted sienta que el Espíritu trabaja por medio de usted”



Y al sentir que el Señor estaba complacido conmigo, podía soportar cualquier prueba.


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